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ulises y el polifemo

Entonces Ulises le ofreció el vino y la comida que llevaba. Cuando el cíclope le preguntó cómo se llamaba, el astuto Ulises, le dijo:
- Me llamo "Nadie".
Polifemo le contestó:
- A ti "Nadie" te comeré el último como prueba de mi hospitalidad.
Polifemo se bebió todo el vino, se emborrachó y se quedó dormido. Entonces Ulises, ayudado por sus hombres, aprovechó para clavarle el tronco afilado de un olivo, calentado al rojo vivo, en el único ojo del cíclope que se despertó del dolor dando muchos gritos y quejándose.

Al oír sus voces llegaron muchos cíclopes a la puerta de la caverna y le preguntaron si alguien le había hecho daño, Polifemo les dijo que:
- "Nadie" me ha hecho daño.
Al oír esto los otros cíclopes se fueron pensando que no le pasaba nada.
Después Polifemo quitó la piedra que tapaba la salida de la cueva y se sentó fuera, extendiendo los brazos, de vez en cuando, para que no se le escapara ningún hombre.
El ingenioso Ulises ató las ovejas de tres en tres y debajo iba atando a uno de sus hombres, finalmente se sujetó a la barriga del cordero más grande del rebaño. Por la mañana temprano las ovejas y los carneros salieron fuera de la cueva a pacer y así pudieron escaparse sin que Polifemo se diera cuenta del engaño.
Llegaron a los barcos y cuando estaban bien lejos de la isla Ulises le gritó al cíclope:
- Polifemo, si alguien alguna vez te pregunta quién te dejó ciego dile que fue Ulises rey de Itaca.
Entonces Polifemo suplicó a su padre Poseidón, dios del mar, que castigara a Ulises, con estas palabras:
- Escúchame Poseidón y concédeme el deseo que Odiseo no pueda nunca volver a su palacio. Pero si está destinado a regresar a su País, que sea tarde y mal, después de perder a todos sus compañeros.
A partir de este momento la cólera de Poseidón perseguirá a Ulises durante el resto de su viaje.

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